
Objetivo terapéutico
Los antiprotozoarios son una clase de medicamentos diseñados para tratar infecciones causadas por protozoos, que son microorganismos unicelulares. Estos fármacos son esenciales en el tratamiento de enfermedades como la malaria, amebiasis, giardiasis, leishmaniasis, enfermedad de Chagas, entre otras. Su importancia radica en su capacidad para actuar específicamente contra estas infecciones, las cuales pueden ser debilitantes e incluso mortales si no se tratan adecuadamente.
Contexto fisiológico
Los protozoos son organismos eucariotas unicelulares que pueden causar infecciones en humanos. A menudo, estos parásitos ingresan al cuerpo humano a través de vectores como mosquitos (en el caso de la malaria), agua contaminada (amebiasis y giardiasis), o contacto directo con fluidos corporales infectados (como en la enfermedad de Chagas). Una vez dentro del cuerpo, los protozoos se multiplican y afectan diversos tejidos, lo que provoca síntomas que varían desde leves a severos dependiendo de la enfermedad específica. Los fármacos antiprotozoarios interfieren en procesos vitales del parásito, como la síntesis de ácidos nucleicos, la función mitocondrial o la estructura del citoesqueleto, lo que resulta en la eliminación del protozoo del organismo.
Medicamentos
A continuación se presenta una tabla con los principales antiprotozoarios, su vía de administración y dosis, así como su uso clínico:
Medicamento | Vía de administración y dosis | Uso clínico |
---|---|---|
Metronidazol | Oral: 500 mg cada 8 horas por 5-7 días | Amebiasis, giardiasis, tricomoniasis |
Tinidazol | Oral: 2 g dosis única | Giardiasis, tricomoniasis, amebiasis |
Quinina | Oral: 600 mg cada 8 horas por 3-7 días | Malaria severa (combinado con otros antimaláricos) |
Cloroquina | Oral: 500 mg/día por 2 semanas | Malaria por Plasmodium vivax y Plasmodium ovale |
Artemisinina | Oral: 200 mg por 3 días | Malaria no complicada |
Nifurtimox | Oral: 8-10 mg/kg/día por 60-90 días | Enfermedad de Chagas |
Miltefosina | Oral: 2.5 mg/kg/día por 28 días | Leishmaniasis visceral |
Pentamidina | IM/IV: 4 mg/kg cada 24 horas por 7-10 días | Leishmaniasis, neumonía por Pneumocystis jirovecii |
Farmacodinamia
La farmacodinamia de los antiprotozoarios varía dependiendo del fármaco específico. Por ejemplo:
- Metronidazol y Tinidazol actúan mediante la reducción de su grupo nitro en el ambiente anaerobio del protozoo, formando radicales libres que dañan el ADN del parásito, lo que lleva a su muerte.
- Cloroquina se acumula en la vacuola digestiva de Plasmodium e inhibe la polimerización del hemo, lo que provoca toxicidad en el parásito.
- Artemisinina y sus derivados generan radicales libres en presencia de hierro en el parásito, lo que causa daño celular y muerte del protozoo.
Farmacocinética
Absorción
- Metronidazol: Bien absorbido por vía oral, alcanzando concentraciones terapéuticas en la mayoría de los tejidos.
- Cloroquina: Absorción rápida por vía oral, aunque la administración con alimentos mejora su biodisponibilidad.
- Artemisinina: Absorción rápida pero variable, con una biodisponibilidad que puede verse afectada por los alimentos.
Distribución
- Metronidazol: Se distribuye ampliamente en el cuerpo, incluyendo el sistema nervioso central (SNC).
- Cloroquina: Alta afinidad por los tejidos, especialmente hígado y tejido adiposo.
- Artemisinina: Amplia distribución tisular, con alta concentración en el hígado, riñones y bazo.
Metabolismo
- Metronidazol: Metabolizado principalmente en el hígado a metabolitos activos.
- Cloroquina: Metabolizado en el hígado a metabolitos menos activos.
- Artemisinina: Metabolismo hepático rápido mediante enzimas del citocromo P450.
Excreción
- Metronidazol: Excretado principalmente por los riñones.
- Cloroquina: Excreción renal lenta, lo que contribuye a su larga vida media.
- Artemisinina: Excreción principalmente renal, con una vida media corta.
Mecanismo de acción
Los antiprotozoarios funcionan interfiriendo con funciones celulares críticas de los protozoos, como la replicación del ADN, la función mitocondrial, o la síntesis de proteínas. Por ejemplo:
- Metronidazol actúa como un agente redox que daña el ADN de los protozoos anaerobios.
- Cloroquina interfiere con la detoxificación del hemo dentro del parásito, lo que lleva a la acumulación de productos tóxicos que matan al protozoo.
Indicaciones
- Metronidazol: Tratamiento de infecciones por protozoos anaerobios como amebiasis, giardiasis, y tricomoniasis.
- Cloroquina: Tratamiento y prevención de la malaria causada por Plasmodium vivax y Plasmodium ovale.
- Artemisinina: Tratamiento de la malaria no complicada causada por Plasmodium falciparum.
Contraindicaciones
- Metronidazol: Contraindicado en pacientes con hipersensibilidad conocida al fármaco o en el primer trimestre del embarazo.
- Cloroquina: Contraindicado en pacientes con retinopatía.
- Artemisinina: Precaución en pacientes con antecedentes de hipersensibilidad a los derivados de la artemisinina.
Reacciones adversas al medicamento (RAM)
- Metronidazol: Náuseas, cefalea, sabor metálico, neuropatía periférica.
- Cloroquina: Retinopatía, prurito, trastornos gastrointestinales.
- Artemisinina: Hemólisis en pacientes con deficiencia de G6PD, fiebre, dolor de cabeza.
Interacciones
- Metronidazol: Potencia el efecto de anticoagulantes orales como la warfarina.
- Cloroquina: Puede interactuar con otros medicamentos cardiotóxicos.
- Artemisinina: Interacción con fármacos metabolizados por el citocromo P450, lo que puede alterar los niveles plasmáticos de otros medicamentos.
Historia y curiosidades
El uso de antiprotozoarios se remonta a la quinina, extraída de la corteza del árbol de cinchona, utilizada durante siglos para tratar la malaria. La artemisinina, derivada de la planta Artemisia annua, es otro ejemplo de un tratamiento antiprotozoario con una larga historia, utilizado en la medicina tradicional china antes de ser adoptado globalmente.
Formas comunes en las que los pacientes se refieren
Los pacientes suelen referirse a estos medicamentos como «el remedio para los parásitos» o simplemente mencionan el nombre del fármaco, como «metronidazol» o «quinina». En zonas endémicas, es común escuchar términos coloquiales como «pastillas para la malaria» o «medicina para la ameba».